¡Apaguen las luces!

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CARLOS TEJERA

Pese al racionamiento, el crecimiento del consumo eléctrico seguirá en aumento

Un diagnóstico elaborado en el Comité de Ingeniería y Química de VenAmCham sobre la crisis en el sector eléctrico revela que el consumo de energía en Venezuela ha aumentado a una tasa del 4.5% inter-anual desde 1999 a 2008. En 1999, la tasa era de 78.8 mil GW horas y en 2008 creció a 117.7 mil GW horas.

Por más racionamiento que se proponga el gobierno, el crecimiento del consumo energético seguirá en aumento, por lo tanto, la verdadera respuesta tiene que ser el aumento de la capacidad de generación.

Existe un retraso de 1.700 MW en el programa venezolano de generación, y este diferencial no puede ser compensado por la generación hidroeléctrica en un futuro cercano.

Durante muchos años, nosotros los venezolanos hemos dado por sentado que tenemos mucha energía barata, particularmente la gasolina y la energía eléctrica. Hemos sido bendecidos con los abundantes recursos de las aguas de la cuenca del Caroni, una de las más importantes del mundo, beneficiándonos de represas hidroeléctricas construidas en esa cuenca desde la década de los años 60.

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La abundancia del suministro de energía eléctrica es un recurso del que hemos disfrutado, particularmente para el desarrollo de importantes industrias del aluminio y del acero, ubicadas en Guayana. Sin embargo, no todo era perfecto: ya, durante los últimos diez años, muchas áreas del país han estado subatendidas y diversas regiones de Venezuela han venido sufriendo déficits en el suministro de energía eléctrica.


Durante estos últimos anos hemos estado recibiendo señales constantes y progresivas de que nuestros días de abundancia energética están por terminar. El creciente número de apagones importantes que desde el año 2008 se vienen registrando en los principales centros urbanos de Venezuela, las advertencias gubernamentales y los cortes programados del servicio eléctrico plantean gran inquietud sobre las perspectivas de la capacidad de generación instalada en Venezuela parta satisfacer la creciente demanda interna.

En vista de esta situación, solicitamos información al Comité de Ingeniería y Química de VenAmCham y a otros profesionales competentes en esa materia. Lo que recogimos plantea serias inquietudes tanto para el sector industrial como para el residencial y estamos convencidos de que deberán adoptarse medidas muy urgentes para corregir una situación en franco deterioro.


El sector energético se reduce a una simple ecuación matemática donde el suministro de energía siempre deberá ser superior a la demanda para garantizar la estabilidad del sector y el progreso de la sociedad. Ahora bien, en Venezuela, por el lado de la demanda, el crecimiento registrado en los últimos años ha sido importante. Si nos comparamos con el resto del mundo, el consumo de energía per cápita anual en Venezuela (3,078 Kilovatios/hora/habitante) se ha ubicado por encima del promedio registrado en el ámbito mundial (2,756 KWh/hab.). Desde un punto de vista regional, aún cuando Venezuela genera anualmente solamente un cuarto de la energía eléctrica registrada por Brasil, somos el país donde se registra el mayor volumen de consumo per cápita en America Latina.

Mayor consumo en los sectores D y E

El consumo de energía en Venezuela se ha incrementado a una tasa del 4.5% interanual desde 1999 hasta el 2008. En el año 1999, el consumo total alcanzó a 78.8 mil GWh (Gigavatios hora) y, en el 2008, se elevó hasta 117.7 mil GWh; durante los últimos 5 años del período se registraron índices pico de crecimiento interanual que se ubicaron entre 7.4% y 8%. Este ritmo de crecimiento continuo es importante pero ¿donde se encuentra este crecimiento en el consumo de energía? El análisis de las estadísticas registradas permitió determinar que no fue en el sector industrial, en el cual solamente ha crecido a una tasa de 1.5% interanual. Ese ritmo de crecimiento del consumo de energía eléctrica en este sector resulta preocupante, ya que evidencia la depresión económica que allí se esta sufriendo, es decir, en el sector industrial este consumo está creciendo a una tasa inferior a la que se observa en el incremento del consumo de la población.

Durante los últimos 5 años, el consumo en el sector residencial se ha incrementado a una tasa del orden de 7.1% interanual y en el sector comercial, el mismo registró un crecimiento del 7.8% interanual. La mayor parte del crecimiento del consumo residencial se ubica en las áreas de clientes atendidos por las empresas de CADAFE y esto se atribuye, en gran parte, a mayores ingresos percibidos por los más bajos estratos de la población. Este importante sector de la población ha invertido este crecimiento de ingresos en el mejoramiento de su calidad de vida. Cabe citar como ejemplo el consumo de gas doméstico, que en los estratos D y E consiste básicamente en el uso de pequeñas bombonas metálicas de gas recargables que son utilizadas para cocinar y que están siendo sustituidas por hornillas eléctricas. Las razones son: (a) dificultades para conseguir el gas doméstico, y (b) el largo y tedioso proceso de bajar la bombona vacía desde sus barrios, para luego volver a subirla llena y a cuestas y c) el costo que implica el proceso de la reposición.

El incentivo adicional para el cambio del tipo de energía es, por supuesto, la utilización de la electricidad que antes usaban para iluminar su vivienda que, en la mayoría de los casos, en esos estratos de la población no se controla ni se mide el consumo y, en consecuencia, los usuarios no pagan por el servicio de la electricidad.


El consumo de energía no facturado en Venezuela, en el año 2008, alcanzó al 28%, del volumen generado y despachado, índice que representa casi el doble al comparase con el registrado en otros países de America Latina. Por otra parte las tarifas de electricidad en Venezuela, salvo algunas excepciones, no han sido ajustadas desde 2002, período durante el cual el índice de inflación registró un incremento promedio superior al 20% interanual.

Dentro de estas circunstancias con una energía eléctrica barata, en esos estratos, han evolucionado nuevos hábitos de consumo de electricidad. La población está adquiriendo otros productos que mejoran su calidad de vida y ese natural proceso contribuye a un mayor consumo de energía eléctrica, por la utilización de nuevos artefactos eléctricos, tales como: además de las cocinillas eléctricas, secadores de pelo, tostadoras, lavadores, secadoras de ropa y hasta aparatos de aire acondicionado entre otros. Evidentemente, cuando un porcentaje superior al 50% de la población está consumiendo más electricidad, eso tiene un importante impacto en el crecimiento del consumo y en la futura demanda de energía.

Por el lado del sector comercial, el mayor poder adquisitivo de amplios sectores de la población, se tradujo en más compras y, por ende, en mayor actividad comercial. No obstante, por cuanto se ha observado un estancamiento de la actividad de la producción industrial local, ello repercutió en un incremento importante del volumen de importaciones en variados renglones. La actividad del sector comercial se ha incrementado como consecuencia de que existe un mayor volumen de población de los estratos D y E con mayor poder adquisitivo acudiendo al mercado de productos operados con electricidad.

Es importante señalar la forma en que ha variado el crecimiento del consumo de la electricidad en el país. En lo que va del año, la Electricidad de Caracas (EDC), el proveedor de energía para la gran capital, ha crecido 4.1% por encima del registrado en el 2008, lo que representa el índice promedio nacional registrado en los últimos 10 años. Enelven, el proveedor que suministra energía eléctrica en la región occidental del Zulia y principalmente a Maracaibo, sus clientes facturados representan el 10.3% del consumo eléctrico nacional. Durante el mes de Septiembre pasado, en esta región atendida por Enelven, el consumo creció 15,6% y, en lo que va del presente año, se elevó 7,3% por encima del mismo período del 2008. Vale la pena destacar que tan solo en las 3 áreas atendidas por CADAFE (Oriente, Centro y Occidente), durante un período de nueve meses del 2009 se registró el 40,9% del consumo facturado de energía eléctrica en el ámbito nacional donde el incremento absoluto resultó 2,7% (97,8MWh Megavatios/hora) por encima del incremento total registrado en todo el país,. Hasta Septiembre, según la información publicada, CADAFE registró un volumen de electricidad facturada que se ubicó 11% por encima de lo registrado en ese mismo período en el año 2008, casi 3 veces más elevado que el incremento promedio a nacional (4,1%).

Déficit en la generación de electricidad

En lo que respecta a la capacidad instalada de generación de energía eléctrica, la situación es diferente. La capacidad nominal de generación de energía, a partir del año 2000 se incrementó desde 19.6 mil MW (Megavatios) hasta 23.5 mil MW en el año 2009. Por lo tanto, el crecimiento se ubicó en 2.1% interanual, es decir, a un ritmo más lento que el registrado por la demanda de potencia y el consumo nacional. Del total de la generación de energía eléctrica registrado en el mes de Septiembre del 2009, el 95,6% se ubicaba en tan solo 4 empresas de las cuales EDELCA representó el 59,4%, CADAFE el 19.2%, EDC 9.2%, ENELVEN el 7,8% y el 6,4% restante en las otras empresas. Debe aclararse que Venezuela está excepcionalmente dotada de una capacidad de generación de energía limpia por cuanto el 63% de su potencial es hidroeléctrico. En el ámbito mundial, la porción de generación de energía hidroeléctrica promedio es de tan solo el 14%. Esto le da al país un privilegio en lo que se refiere a recursos energéticos renovables limpios.

Cabe resaltar además que la energía hidroeléctrica generada en el país equivale a un ahorro de más de 52,3 millones de barriles equivalentes de petróleo.


No obstante, esas son cifras nominales que se refieren a la capacidad instalada. Los valores de la efectiva disponibilidad de energía eléctrica producida son muy inferiores, debido a diversos factores: obsolescencia de equipos de las plantas térmicas, paralización de unidades de las plantas y presas instaladas, problemas derivados de insuficiente y oportuno mantenimiento entre otros varios aspectos. Más aun, el problema más inmediato no es la falta de capacidad total de generación sino más bien el hecho de que la potencia total generada en algunas oportunidades resulta insuficiente para cubrir los consumos picos de la demanda de energía. A partir del año 2002 el pico de la demanda máxima de potencia en el ámbito nacional se incrementó a un índice de 4,4% interanual, desde 12.800 MW hasta los 16.300 MW alcanzados en el 2008. Para el mes de septiembre del 2009 en el sistema eléctrico nacional se alcanzó el record histórico de la demanda de potencia de energía eléctrica, que se elevó a 17.337 MW.

Como fue señalado anteriormente, la ecuación del problema es muy simple: aún cuando la capacidad nominal de generación instalada es de 23.500 MW, la disponibilidad efectiva de esa capacidad es significativamente inferior y la exigencia de la demanda de energía eléctrica, en su nivel pico ha sobrepasado los 17 mil MW. En consecuencia se aprecia que, en las condiciones actuales, no habrá suficiente energía eléctrica para satisfacer la creciente demanda de la población.


Un patrón de consumo

Cuando se analizan los hábitos de consumo y demanda se puede apreciar que durante 5 días de semana (lunes a viernes) del año 2008, la demanda de potencia promedio de energía eléctrica se ubicó en 15.6 mil MW, mientras que ya para el mes de septiembre del 2009 se incrementó en más de 1.300 MW, hasta un pico superior a los de 16.900MW. Se aprecia también que en los 2 años comparados, el consumo durante los fines de semana se reduce alrededor de 1.000 MW.

En el análisis del comportamiento estacional se aprecian también 2 picos importantes durante el año. El primero que va desde Abril hasta Junio, y el otro que se inicia en Septiembre hasta el mes de Noviembre. Curiosamente, la Navidad no es un mes pico y, en consecuencia, una de las medidas de contingencia propuestas por las autoridades gubernamentales ''prohibición de luces de decoración navideñas'' no será de mucha ayuda para solucionar el problema energético planteado. Por lo anteriormente señalado, no debería ser ninguna sorpresa comprender que las crisis energéticas recientes hayan coincidido con este comportamiento estacional de la demanda.


Los efectos de los frecuentes apagones registrados en el país son importantes y generan un sentimiento de disminución de la calidad de vida del venezolano. Por supuesto, el sector residencial sufre las molestias e inconvenientes de quedarse sin energía, con efectos que van desde los ascensores detenidos hasta los aparatos caseros y equipos eléctricos que además de no funcionar resultan dañados; la comida deteriorada y el incremento de los niveles de inseguridad nocturna. Pero el impacto en el sector industrial es particularmente preocupante. Cuando se produce un apagón inesperado que afecta una planta de procesamiento, se crean un sinnúmero de problemas con graves consecuencias.

Esas caídas de corriente eléctrica en pleno proceso de producción pueden ocasionar que exploten los circuitos y los motores eléctricos, perdida de los materiales en proceso ya sea por enfriamiento o calentamiento, bloqueo de los sistemas y, además suelen dar origen a conatos de incendio y posibles accidentes en el personal operativo.

En la industria alimenticia es sabido que un apagón relativamente corto puede detener una planta por completo, y que ante tal situación esta podría verse obligada a suspender sus operaciones por varios días hasta que el material dañado del sistema sea purgado y desechado.

Como resultado de esa situación se reduce la producción normal, los costos se elevan y parcialmente son trasladados al precio de los productos que llegarán a los consumidores. Por lo tanto, los déficit de productos en el mercado y los mayores precios registrados también son una de las consecuencias de las fallas en el suministro de energía eléctrica a la industria nacional. En el área de Valencia, una de las principales zonas industriales del país, se ha observado disminuida su demanda de energía. Desde hace tiempo en esa zona industrial están sufriendo el efecto de los continuos apagones que progresivamente se producen en todo el territorio nacional.


Para mejorar la situación

¿Qué podría hacerse para manejar esta situación? El consumo en Venezuela sigue aumentando a una tasa del 4.2% anual. El gobierno está hablando de un plan de reducción del consumo de energía en el orden de un 20%. Pero la pregunta es: ¿seria esto efectivo? y ¿pudiera hacerse?

Desde finales del 2006, las autoridades del gobierno nacional implementaron un plan nacional de reemplazo de bombillos, según el cual, 70 millones de bombillos convencionales serían reemplazados por bombillos de bajo consumo y más eficientes. Aunque fue ridiculizado en su momento, el plan sí tuvo un impacto positivo en la demanda de potencia en las horas pico nocturnas, reduciéndola en más de 800 MW. Pero, el aumento intrínseco del consumo de energía en horas nocturnas en el sector residencial absorbió gran parte de esta reducción en el pico de la demanda máxima comprendido entre las 7 y las 10 de la noche de los últimos meses del año 2007, cuando se terminó de ejecutar el plan.

El crecimiento del consumo de energía eléctrica para ese año 2007 se redujo del 6,6% al 2%. Pero en el 2008 y en el presente año 2009 el consumo nacional de energía eléctrica acumulados hasta mes de Septiembre habían remontado 4,1% por encima del registrado en el mismo período del 2008.

Las necesidades de energía eléctrica en Venezuela simplemente siguen creciendo a un paso extraordinario.

Como se señaló con anterioridad, no es el crecimiento industrial el origen de la elevación de la demanda sino en el consumo registrado en sectores de la población que aumentan su demanda al mejorar su calidad de vida. Tampoco se limitó ese mayor crecimiento del consumo a las grandes ciudades solamente, sino también se pudo observar en áreas suburbanas y rurales, con una población ubicada en los bajos estratos de ingresos.


Las autoridades gubernamentales también han acudido a otras vías para reducir la demanda de potencia. En las horas pico de demanda de potencia, en algunas oportunidades, las autoridades han optado por ordenar el apagar la operación de los hornos de la planta de acero SIDOR.

Esta medida aplicada a las acerías de SIDOR puede reducir la demanda en más de 600 MW. Con este mismo objetivo, el gobierno ha estado estudiando paralizar una parte de la producción de aluminio en Guayana, lo que podría ahorrar más de 1.000 MW.

No obstante, cabe señalar que esa sería una medida provisional que sin duda afectará la productividad de nuestras industrias básicas y ciertamente no ayudaría a resolver los importantes problemas laborales que confrontan actualmente estas empresas públicas en el estado Bolívar.

Podría decirse que gracias al bajo perfil de la operación de nuestras industrias, ubicadas en las zonas industriales de Guayana, Valencia y hasta las petroleras del oriente del país atendidas por Edelca, son las que han estado compensando el déficit del balance de energía eléctrica nacional. Por otra parte, cabe destacar que la atención del consumo de electricidad en la gran Caracas ha estado protegida en forma excepcional debido a consideraciones de política de estado.


Por más racionamiento que se propongan las autoridades del gobierno, el crecimiento del consumo eléctrico seguirá en aumento.

Por lo tanto, la verdadera respuesta tiene que ser el aumento de la capacidad de generación.

Debido a la estacionalidad del consumo, se perfila un corto período de gracia que va desde Enero hasta Marzo del 2010, pero después del cual se verá la llegada de la primera estación pico y el déficit existente podrá empeorar significativamente si no se logran solucionar los problemas existentes en la capacidad de generación instalada y en expansión. Pero, todos sabemos que es más fácil hablar de un aumento de la capacidad de generación eléctrica que hacerlo realidad.

Existe un retraso en los programas nacionales de expansión que representaron una disminución del orden de más de1.770 MW de generación que debería estar en operación a finales del 2008, y este diferencial no puede ser compensado por la generación hidroeléctrica en un futuro cercano.


Ya se iniciaron los efectos de un nuevo período del fenómeno atmosférico, denominado por los meteorólogos como ''el año de El Niño'', que continuará por lo menos hasta finales del primer trimestre del 2010.

Las consecuencias de éste fenómeno representarán incremento de la temperatura y menos lluvias por lo cual disminuirá el aporte de caudal que afectará el nivel de aguas disponibles en nuestras represas.

La represa del Guri, la instalación de energía hidroeléctrica más grande de Venezuela, estará cerca de alcanzar valores críticos si no se administran cuidadosamente los niveles de la cota de la represa.

A la tasa actual de aporte del caudal de aguas, el nivel está bajando en un promedio de siete centímetros por día y ello está sucediendo durante nuestra época de lluvias. ¿Que sucederá en la próxima estación de sequía, complicada ahora por el efecto de ''El Niño''? Nadie lo sabe, pero existen sobradas razones para pensar que los niveles de aportes del caudal de agua en la Cuenca del Caroni tienden a empeorar.

Por ejemplo, debe citarse que el nivel de las aguas del río Orinoco ha bajado tanto que desde el 10 de Noviembre Bauxilum debió suspender el transporte de la bauxita en gabarras desde Los Pijiguaos a la planta de alúmina en Ciudad Guayana por la dificultad derivada del bajo fondo del río. Esto representa que la planta de alúmina recibirá de menos 47% (2,8 millonesTm) de los 6 millones de la bauxita requerida para su presupuesto operativo del 2010.


Por otro lado, el calentamiento de la temperatura registrada en los últimos meses en el territorio nacional es otro aspecto que afecta el balance energético nacional: por cada grado de aumento de temperatura en algunas regiones de Venezuela, el consumo de energía pudiera aumentar entre un 5% y un 9% adicional.

Una salida termoeléctrica

Se considera que por lo menos hasta el año 2013, la solución de la generación de energía tendrá que darse con la recuperación y expansión de las plantas termoeléctricas pero, desafortunadamente, aquí tampoco hay soluciones rápidas.

Algunas plantas termoeléctricas existentes han estado submantenidas y no han mejorado su desempeño. Por ejemplo, Planta Centro, una gran planta con capacidad de 2000 MW y cinco trenes de generación de 400 MW cada uno, solo tiene dos trenes funcionando con una gran cantidad de problemas técnicos.

Otras plantas termoeléctricas instaladas en el país, como la planta de Electricidad de Caracas (Josefa Joaquina Sanchez), el 10 de Septiembre cuando se registró el pico máximo histórico de demanda de potencia nacional estaba funcionando con solo 2 de las 3 unidades instaladas. Otro problema que se ventila es que en Venezuela se presentan déficit importantes en el suministro de gas natural, el combustible requerido en algunos de nuestros generadores termoeléctricos.

La producción de gas está asociada a la producción de petróleo, y ésta no está aumentando. Desde el mes de Octubre no podremos contar con Colombia como proveedor alterno de energía; no necesariamente debido a las tensiones políticas sino porque ellos también están confrontando el mismo problema con respecto al caudal de aguas requerido para sus presas hidroeléctricas.

Los colombianos tienen que usar su propio gas para su generación termoeléctrica y desde Octubre han reducido en un 70% los envíos de gas a Venezuela.

Esto tendrá un impacto importante en la región del Zulia.

Es, por lo tanto, realmente triste que tengamos que agradecer, debido a percances operativos y la caída del mercado del acero mundial, que la región industrial de Guayana haya disminuido su producción y por ende su consumo de gas natural.


La instalación de plantas termoeléctricas nuevas requiere menos tiempo que la instalación de presas hidroeléctricas debido a las características de la infraestructura a gran escala requerida, pero no son exactamente productos que un país puede comprar en una tienda y poner a funcionar con rapidez.

Existe una capacidad global limitada para fabricar los generadores, turbinas de vapor y otros componentes de plantas termoeléctricas y los requerimientos masivos de energía de China, India y otras economías en crecimiento excepcional representa que hay una larga cola para comprar nueva capacidad de generación. Y aún si esto pudiera hacerse rápidamente por motivos de emergencia, todavía reta el problema del sistema de transmisión.

La nación necesita mejorar las redes de transmisión de energía por todo el país y en algunos casos también se confrontan problemas por la falta de la coordinación requerida entre las distintas empresas y entidades involucradas. Adicional a todo lo anterior, la subtransmisión y los sistemas de distribución tienen que ser mejorados, bien sea mediante la construcción de nuevas líneas, subestaciones y/o el reforzamiento de las redes existentes. Esto representa otro retraso, otro cuello de botella y otro problema que tiene que ser cargado a la cuenta de una administración a la que se le exige eficiencia.


Como puede apreciarse, la situación es preocupante. Nosotros los venezolanos, estamos acostumbrados a una electricidad barata y abundante, pero eso ha cambiado y ya no existe. La finalidad de este artículo no es señalar con el dedo ni repartir las culpas de esta grave situación, sino hacer un llamado a la conciencia de la necesidad de implementar una acción rápida y efectiva en todos los sectores.

El gobierno y sus entidades especializadas deben actuar muy rápidamente para dar plena divulgación sobre lo que está sucediendo en el campo energético del país, sobre cual es la situación real existente, cuales son sus consecuencias y deberá propiciar soluciones viables. Pensamos que una estrecha comunicación entre el gobierno y el sector empresarial, particularmente el segmento industrial, es esencial para lograr una solución factible inmediata a este problema tan importante para el crecimiento y bienestar de nuestra población. Las compañías venezolanas tendrán que seguir muy de cerca lo que va a suceder con el comportamiento de la red de suministro eléctrico hacia las zonas donde están ubicadas, y probablemente, tendrán que unir esfuerzos para desarrollar planes alternos de contingencia.

También tendremos que decidir el rol que jugaremos en crear conciencia y contribuir a la reducción del consumo. Posiblemente pudiéramos seguir el ejemplo de otros países y de otras compañías extranjeras de servicios públicos que en el pasado también han confrontado problemas para ser más eficientes en el uso de energía durante etapas de crisis energética. Todas las ideas pueden ser útiles, porque el problema lo tenemos aquí en Venezuela, es nuestro, es muy importante y no se va a solucionar solo: deberemos propiciar la colaboración de todos para el bien de nuestra sociedad y el futuro progreso de nuestro país.


EL UNIVERSAL

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